La relación entre Living Stream Ministry y las iglesias locales

En el Nuevo Testamento la palabra ministerio significa «servicio». El ministerio único del Nuevo Testamento es un servicio en la forma de una mayordomía de gracia que ministra Cristo a las personas para el cumplimiento de Su propósito (2 Co. 4:1, 12; 1 Ti. 1:12; Ef. 3:2; Col. 1:25; 2 Co. 3:8, 3; Ro. 15:16; 1 Ti. 4:6). El Nuevo Testamento nos dice que para llevar a cabo este servicio el Señor dio dones en forma de miembros dotados a Su Cuerpo, la iglesia (Ef. 4:11). Estos dones, como aquellos que suministran ricamente vida a los miembros del Cuerpo, perfeccionan a los santos en su función orgánica de servir al Señor en la realización de la misma obra que ellos realizan (vs. 16, 12). Los que toman la delantera en el ministerio del Nuevo Testamento son aquellos que tienen la mayor medida de revelación y crecimiento en vida y que son capaces de abrir la verdad de la economía de Dios en la Biblia (Mt. 16:16-18; Gál. 1:11-12; Ef. 3:3-5; 1 Ti. 2:7; 1:4).

En el Antiguo Testamento, los sacerdotes dependían del servicio de los levitas en muchos asuntos prácticos (Nm. 3:6-9; 4:19 [y la nota 1], 27-28, 33). De la misma manera, los que toman la delantera en el ministerio dependen del apoyo de otros en asuntos prácticos. Este apoyo es también un ministerio, un servicio levítico, dentro del único ministerio del Nuevo Testamento. Podrían citarse muchos ejemplos bíblicos de la necesidad de tal servicio (como Fil. 2:25, 30; 2 Co. 12:18; 2 Ti. 4:11-13; Flm. 11-13). El ejemplo más pertinente para el tema que nos ocupa se encuentra en Romanos 16:22: «Yo, Tercio, que escribo esta epístola, os saludo en el Señor». En otras palabras, Pablo dictó la carta, pero fue Tercio quien la escribió. Sin este servicio práctico, no tendríamos el crucial libro de Romanos del Nuevo Testamento.

Consideremos también cómo las riquezas de la revelación del Nuevo Testamento llegaron al pueblo de Dios, incluidos nosotros. En la época de los apóstoles, sus enseñanzas tenían que ser escritas a mano, transportadas y entregadas en mano. Algunos hombres empezaron a hacer copias fieles y meticulosas de los manuscritos que finalmente conformaron el Nuevo Testamento. Quienes servían en la impresión de Biblias y tratados durante la Reforma contribuyeron decisivamente a liberar a los hombres de las tinieblas de la Edad Media. Desde entonces, la comprensión de la revelación divina en la Biblia ha progresado y lo que se recogió también ha sido plasmado en libros y, más recientemente, en todo tipo de medios. Como resultado de la labor de todos los que sirvieron de forma práctica para captar y distribuir tales materiales, disponemos tanto de la Biblia como de un rico patrimonio de enseñanza bíblica.

Un servicio levítico

El hermano Nee se dio cuenta de que para suministrar el ministerio de la palabra a todas las iglesias, se necesitaba que alguien editara e imprimiera sus mensajes hablados, por lo que estableció el Shanghái Gospel Book Room. Más tarde, cuando se hizo evidente que no sería posible hacer circular las publicaciones en el extranjero desde Shanghái, hizo arreglos para establecer Hong Kong Book Room y Taiwán Gospel Book Room, las cuales puso bajo la supervisión del hermano Lee. El hermano Lee a menudo nos decía que la mayoría de los mensajes del hermano Nee nunca se publicaron, y que los registros de muchas de sus charlas se perdieron en los conflictos internos de China. Reconociendo la gran necesidad de preservar la revelación que el Señor había dado a Su recobro, el hermano Lee determinó que lo que el hermano Nee le había enseñado y lo que él también había visto debía publicarse. Sin embargo, mientras estuvo en el Lejano Oriente el servicio de publicación se llevó a cabo en idioma chino, lo cual limitó su circulación a esa parte del mundo. Cuando llegó a Estados Unidos, vio la necesidad de publicar en inglés, por lo que fundó The Stream Publishers, que más tarde se convertiría en Living Stream Ministry (LSM).

LSM se estableció como un servicio levítico para publicar el ministerio de Watchman Nee y Witness Lee. Proporcionaba apoyo práctico al ministerio en el recobro del Señor facilitando la liberación de la palabra a través del ministerio, captando esa palabra para la necesidad presente así como para la posteridad y propagando la palabra del ministerio. Hoy en día sigue desempeñando esas mismas funciones básicas. Específicamente, los santos que sirven en LSM:

  • organizan la celebración de entrenamientos y conferencias;
  • realizan funciones de inscripción para los entrenamientos;
  • traducen mensajes orales para audiencias en directo y grabaciones de audio y video;
  • realizan grabaciones de audio y video de los mensajes dados en los entrenamientos y las conferencias;
  • transcriben los mensajes hablados del hermano Lee y sus colaboradores;
  • editan los mensajes hablados para su publicación impresa;
  • traducen los mensajes impresos en otros idiomas para su publicación;
  • realizan la composición tipográfica y las pruebas de lectura;
  • coordinan la impresión y el almacenamiento de las publicaciones;
  • reproducen cintas de audio y de video;
  • gestionan las suscripciones y tramitan los pedidos para las iglesias y los particulares;
  • comercializan las publicaciones en librerías externas para el público;
  • preparan emisiones radiales basadas en los mensajes del hermano Lee;
  • difunden por internet los mensajes del ministerio;
  • mantienen archivos de los mensajes y las comuniones del hermano Lee; y
  • gestionan las propiedades y los registros financieros de LSM.

Esta lista, aunque no es exhaustiva, representa las principales actividades que LSM realiza. LSM no supervisa las iglesias ni ninguno de sus asuntos. Tampoco dirige el servicio de los colaboradores.

Una acusación absurda

Algunos han insistido en acusar a LSM de controlar las iglesias locales. La acusación es absurda. Cada iglesia local responde directamente al Señor y está bajo la supervisión de los hermanos locales. Depende de estos hermanos si la iglesia usará materiales de LSM o si participará en reuniones patrocinadas por LSM y hasta qué punto. LSM no ejerce ningún control organizativo, administrativo ni financiero sobre las iglesias. Como mucho, LSM pide a las iglesias que sigan sus normas y procedimientos para cosas como el pedido de material impreso y la inscripción y realización de sus entrenamientos. Lo hace como un medio para facilitar su servicio continuo a las iglesias. Las acusaciones de que LSM ejerce autoridad sobre las iglesias locales o ha orquestado acciones legales contra algún antiguo miembro o grupo de miembros de una iglesia local son falsas.

El papel de LSM no es ejercer liderazgo en el ministerio en el recobro del Señor; es cooperar con los hermanos que ministran para suministrar a las iglesias alimento espiritual y recursos para difundir la obra. Los hermanos que ministran tampoco ejercen control sobre las iglesias. El hermano Lee dijo que si su ministerio ejercía alguna forma de «control», era del tipo que una madre amorosa ejerce sobre sus hijos cuando los alimenta. Si ella prepara una comida sabrosa y nutritiva y luego llama a sus hijos a cenar, ellos vendrán no bajo coacción sino voluntariamente (véase Estudio-vida de Efesios, 90-92). La gran mayoría de los santos en el recobro del Señor han desarrollado un gusto por el ministerio de Watchman Nee, Witness Lee y los colaboradores en las publicaciones de Living Stream Ministry, y eligen recibir ese ministerio no bajo coacción sino porque reconocen en él «la mayordomía de la gracia de Dios» (Ef. 3:2).

Conclusión

Aquellos que vilipendian a LSM buscan separar a los santos y a las iglesias del canal práctico de suministro, perfeccionamiento y liderazgo provistos a través del ministerio en el recobro del Señor (Ef. 4:11-12, 16). Todos los santos deben darse cuenta que detrás de este tipo de ataque está la sutileza de Satanás, porque Satanás sabe que el ministerio del Nuevo Testamento es vital para la edificación del Cuerpo de Cristo (v. 14, notas 4 y 5). Por lo tanto, busca abrir una brecha entre los siervos del Señor y las iglesias en un intento por frustrar la edificación del Cuerpo y dañar el testimonio del Señor (2 Ti. 1:15; Ap. 2:4-5; 2 Co. 12:19). No debemos ignorar sus maquinaciones, sino que, revestidos de toda la armadura de Dios, debemos permanecer firmes en el Cuerpo y disfrutar de la provisión del Señor para la edificación del Cuerpo (2 Co. 2:11; Ef. 6:11; 4:16).

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